He viajado a mi pasado, y en sueños a otras dimensiones de mi. He tenido momentos conmovedores en frente de budas dorados o paisajes hermosísimos. Cuando veo el mar me recuerdo. En las noches busco a la luna, pero no siempre la encuentro. Si veo el menu, elijo algo que me traiga un sabor conocido, pero en este país se trata de ir guardando en la memoria todo lo nuevo para luego recordarlo.
Nada es igual, ni siquiera Diciembre huele a lo de siempre. Y eso es bueno porque en el cambio esta la creatividad, también en la nostalgia.
Soy extranjera y vivo en el exilio. Ya me estoy acostumbrando. Tal vez ya soy otra. Hasta hablo en otro idioma con otra voz. Por eso necesito escribir en mi lengua materna. Tal vez las palabras me ayuden a encontrar el camino de regreso.
Lo mejor de irse es volver.... a partir.
El próximo viaje será a mi sueño dorado. Todavía no me la creo. ¿Quién seré la que vaya y vuelva? Espero que no se me olvide ponerle batería a la cámara. Tal vez la imagen me cuente lo que no me dé cuenta. Sólo quiero ver a Ganesh a los ojos y decirle que estaba en lo cierto, que
me encantó su secreto.
Me despido de este año y celebro tanto viaje.
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